8 razones por las que debería probar la terapia de crianza compartida

Autor: John Stephens
Fecha De Creación: 22 Enero 2021
Fecha De Actualización: 1 Mes De Julio 2024
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La terapia de crianza compartida ofrece una plataforma para que los padres cooperen y compartan la responsabilidad de ayudar a criar a sus hijos, sirviendo como base para la resolución de conflictos y la reconciliación entre los padres para lograr un objetivo común: una mejor crianza.

Las mejores estrategias de crianza tienen un efecto positivo en los niños, reformando sus personalidades y superando sus miedos, lo que en última instancia les ayuda a convertirse en ciudadanos responsables de la sociedad.

Aborda el efecto de problemas potenciales en los niños, como el divorcio o la separación entre los padres, las diferencias individuales, la violencia doméstica, el abuso, el estado mental postraumático y el estado de comportamiento y emocional acompañado de cualquier incidente importante.

La terapia de crianza compartida destaca el desarrollo del niño a través de la mediación, el asesoramiento y el acuerdo de los padres sobre las prácticas comunes.


Las siguientes son 8 razones por las que debe probar la terapia de crianza compartida

1. Redefine las funciones de los padres

La razón principal de la terapia de crianza compartida es reestructurar el papel de los padres para ayudar a los padres a asignar sus derechos, reconocer sus deberes y abordar los problemas legales, financieros y de manutención de los hijos.

Es la herramienta más poderosa para criar bien a sus hijos de manera eficaz y al mismo tiempo comprender las principales responsabilidades de los padres.

El aspecto más importante en este sentido es trabajar en el nivel de conflicto en su relación, dejar de lado sus venganzas personales y satisfacer las necesidades de sus hijos.

2. Mantiene a la familia como un espacio de comodidad y seguridad en lugar del caos.

Aunque la terapia de crianza compartida puede parecer una lucha para la mayoría de los padres al borde de la separación o el divorcio, no se puede negar su importancia en la configuración de la vida de un niño.

Los niños de familias rotas suelen ser propensos a sufrir angustia, adicción o inestabilidad emocional.


Las sesiones de terapia de co-paternidad ayudan a los padres a identificar sus obstáculos, aliviar tensiones y mantener un ambiente de colaboración saludable para interactuar con sus hijos y hacerlos sentir dignos de atención para que no sufran aislamiento.

La participación de ambos padres en la vida de un niño les proporciona recursos valiosos como amor, tiempo, dinero, atención y tutoría y mantiene un sentido de pertenencia.

3. Plataforma de comunicación

La terapia de crianza compartida ofrece información sobre cómo expresar sentimientos, preocupaciones y problemas tanto a los padres como a los niños. Ayuda a los padres a trabajar juntos para garantizar el amor y el apoyo a sus hijos.

Las habilidades de comunicación efectivas aseguran que ambas partes se comuniquen, negocien, resuelvan conflictos, se comprometan y realicen el trabajo en equipo necesario para mantener unida a la familia.


La comunicación es la clave para estar conectados y compartir experiencias juntos.

4. Límites saludables entre las personas

Los niños requieren reglas, límites y coherencia para ser adultos responsables y saludables. Por lo tanto, la paternidad compartida es beneficiosa para reorganizar su vida con el fin de establecer límites saludables entre las personas.

Ayuda a los padres a estar en sintonía, seguir algunos puntos en común, aceptar las condiciones actuales y trabajar en lo que se debe y no se debe hacer por el bien de sus hijos.

También asegura reparar abolladuras emocionales y respetar los límites.

5. Aprendizaje, curación y crecimiento efectivos

La terapia de crianza compartida tiene una gran influencia en la vida de un individuo.

Funciona en ambos sentidos para los padres y los niños en términos de crecimiento, sanación y seguir adelante con las relaciones actuales y explorar nuevas dimensiones de la vida.

Los padres aprenden a compartir los deberes para llevarse bien y avanzar en la sociedad. Resulta en tener hijos emocionalmente resilientes que son sensibles cuando se trata de sus propias relaciones y están dispuestos a asumir los riesgos adecuados en el futuro.

También aprenden a poseer buenos modales y valores éticos y, a menudo, son sensibles por naturaleza.

6. Alcanzar la madurez social

La terapia de crianza compartida proporciona un entorno de aprendizaje para que los padres críen bien a sus hijos e interactúen positivamente y contribuyan a la sociedad, superando así los estigmas sociales.

Como resultado de ello, los niños aprenden a disminuir su tensión emocional vinculada a la separación de los padres.

Desarrollan estilos de apego seguro y adquieren confianza y madurez social a medida que se sienten amados y seguros.

7. Desarrollo de habilidades organizativas

A medida que los niños se relacionan con ambos padres, es necesario que se les brinde apoyo y aprecio.

De esta forma aprenden a transitar de forma segura entre dos hogares diferentes, respetando los límites, siguiendo las reglas, adaptando el entorno reestructurado y ganando consistencia en ambos hogares.

En última instancia, esto los lleva a desarrollar sólidas habilidades organizativas y un sentido de liderazgo en el futuro.

8. Impacto en la salud física, mental, emocional y psicológica del niño

Uno de los elementos más importantes de la terapia de crianza compartida es ayudar a los padres a respetar los derechos de sus hijos.

Tienen derecho a tener una mejor relación con ambos padres para convertirse en adultos responsables y exitosos. Deben ser tratados con amor y sus necesidades, sentimientos e ideas deben ser satisfechas, expresadas, comunicadas y atendidas.

Necesitan ser atendidos. Es necesario que los niños gocen de los derechos que les corresponden para que estén en buena forma física, mentalmente estables y emocionalmente fuertes.