Lo que atraviesan los niños cuando los padres pelean

Autor: Louise Ward
Fecha De Creación: 6 Febrero 2021
Fecha De Actualización: 2 Mes De Julio 2024
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Ningún matrimonio puede existir sin ninguna disputa. No solo es poco realista esperar tal escenario, sino que incluso se consideraría una relación poco saludable. Cuando dos personas comparten sus vidas, inevitablemente habrá tensión. Si sigue sin resolverse y suprimido por el bien de un hogar sin discusiones, no les enseñará a sus hijos cómo resolver los conflictos de manera adaptativa, ni les traerá la satisfacción que desea. Sin embargo, cuando peleas, puede ser una pelea destructiva o un intercambio adulto y saludable.

Cómo se relaciona la paternidad con los conflictos en el matrimonio

Las discusiones no evitan ningún matrimonio, especialmente cuando hay hijos. Muchos estudios han demostrado que tener un hijo contribuye a la frecuencia y gravedad de las disputas matrimoniales. De repente, los cónyuges se encuentran en un torbellino de diligencias, responsabilidades, ansiedades y cambios para los que nadie podría estar preparado.


Sí, lo lees y lo escuchas, pero no es hasta que te conviertes en padre que realmente comprendes el alcance del cambio. Te conviertes en socios en la paternidad y gran parte de tu vida anterior (y romance) se pierde por la ventana. Tienen menos tiempo el uno para el otro y menos paciencia para los defectos del otro.

Paradójicamente, justo cuando más necesitas que tu pareja te apoye y cuando debes luchar en equipo, terminas peleando constantemente entre ellos.

Lo que siempre debes tener en cuenta es que esto es solo una fase. Puede superarlo y volver a ser una pareja felizmente casada. Sin embargo, puede durar años, por lo que debe luchar contra el problema de forma proactiva.

Argumentos destructivos de los padres y lo que les hacen a los niños

Hay una buena y una mala forma de comunicarse en general. Lo mismo se aplica a las discusiones matrimoniales. Puede utilizar un desacuerdo para acercarse y expresarse respetando a la otra parte. O puede, como hacen muchas parejas, permitir que cada desacuerdo se convierta en una batalla de línea dura.


Las peleas destructivas son un problema en sí mismas en cualquier tipo de relación. Pero, cuando hay niños mirándolo, se convierte en algo más que una experiencia estresante para ti. Daña el bienestar psicológico de sus hijos. Incluso puede dejar cicatrices permanentes en sus mentes jóvenes, una que podría llevar años de asesoramiento en la edad adulta para resolverse.

Entonces, ¿qué es un conflicto destructivo? Hay algunas estrategias en un argumento que usan los padres y que se ha demostrado que dañan el bienestar de los niños. Es agresión verbal (insultos, insultos, amenazas de irse), agresión física, tácticas silenciosas (pasivo-agresivas) (tratamiento silencioso, retraimiento, marcharse) y capitulación (cuando cedes, pero realmente no lo es) una solución real).

Lo que hace a los niños el uso repetido de estas tácticas hostiles es alterar sus habilidades de afrontamiento y los empuja a reacciones desadaptativas. Algunos niños se ponen ansiosos, deprimidos y angustiados, e incluso desarrollan un trastorno del estado de ánimo. Algunos dirigen su desequilibrio emocional hacia afuera y se vuelven agresivos y destructivos. En cualquier caso, la probabilidad de problemas sociales y académicos se vuelve significativamente mayor.


Además, como muestra la práctica, estos problemas tienden a persistir hasta la edad adulta. Los niños que provienen de familias en las que hubo muchas peleas destructivas parecen aprender estos patrones de interacción poco saludables y transferirlos a sus propias relaciones adultas. En términos simples, un niño que proviene de una familia así tiene una mayor probabilidad de tener un matrimonio infeliz.

Formas saludables de discutir

No necesitas temer una discusión como si fuera el mayor mal de la Tierra. Solo necesita aprender y practicar formas saludables de intercambiar opiniones. Esto no solo protegerá a sus hijos del estrés de una discusión desordenada, sino que será una experiencia de aprendizaje. Sus argumentos no harán que su hijo sea más frágil, ¡lo harán más resistente!

Entonces, ¿cómo se ve un argumento saludable? La primera regla que debe recordar es: sea empático, amable y asertivo. Estás en el mismo equipo (lo cual es fácil de olvidar). Siempre hable con respeto a su cónyuge, incluso cuando los niños no estén cerca, para desarrollar el hábito de hablarse amablemente el uno al otro. No ataque, pero tampoco esté a la defensiva.

Recuerde, les está enseñando a sus hijos cómo resolver sus conflictos. También están aprendiendo qué está bien y qué no. Entonces, en esencia, no haga nada que no le aconsejaría a sus hijos que hicieran.

Si cree que necesita ayuda profesional, un terapeuta de pareja o familiar es siempre una gran inversión de tiempo y dinero. De esa manera, toda su familia puede disfrutar juntos de un tiempo constructivo y satisfactorio.