Cómo las peleas de los padres afectan a los niños

Autor: Peter Berry
Fecha De Creación: 18 Mes De Julio 2021
Fecha De Actualización: 1 Mes De Julio 2024
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La pelea no es la parte más placentera de una relación, pero a veces es inevitable.

Es una opinión popular que las parejas que discuten en realidad están más enamoradas que las parejas que nunca entran en una discusión. En realidad, la lucha puede ser algo positivo si se hace bien y se llega a una solución mediante un compromiso aceptable.

Pero, ¿cuáles son los efectos en los niños cuando los padres pelean?

Las voces elevadas, las malas palabras, los gritos entre padres y madres tienen un efecto adverso en la salud emocional y mental de los niños. Si se hace con la suficiente frecuencia, se puede considerar abuso infantil.

Como padre, debe comprender las consecuencias de pelear frente a sus hijos.

Pero dado que las peleas son parte de un matrimonio, ¿cómo puede manejar esto para que los niños no queden marcados de por vida?


Muchos padres juzgan mal el nivel de comprensión de sus hijos, pensando que son demasiado pequeños para darse cuenta cuando están discutiendo.

Los estudios demuestran que Incluso los bebés de tan solo seis meses pueden sentir la tensión en un hogar..

Si sus bebés no hablan, puede pensar que no tienen idea de lo que le grita cuando le grita a su marido, pero piénselo de nuevo.

Sienten la angustia en la atmósfera y esto se interioriza.

Los bebés pueden llorar más, tener malestar estomacal o tener problemas para calmarse.

Para los niños mayores, las peleas de los padres pueden tener las siguientes consecuencias

Un sentimiento de inseguridad

El hogar de sus hijos debe ser un lugar seguro, un lugar de amor y paz. Cuando esto se ve interrumpido por discusiones, el niño siente el cambio y siente que no tiene un punto de anclaje seguro.

Si las peleas ocurren con frecuencia, el niño se convierte en un adulto inseguro y temeroso.


Culpa y vergüenza

Los niños sentirán que son la razón del conflicto.

Esto puede provocar una baja autoestima y sentimientos de inutilidad.

Estrés sobre con quién alinearse

Los niños que son testigos de las peleas de los padres naturalmente sentirán que necesitan alinearse con un lado o con el otro. No pueden ver una pelea y ver que ambos lados parecen presentar un punto de vista equilibrado.

Muchos niños varones gravitarán hacia la protección de su madre, sintiendo que el padre puede tener poder sobre ella y el niño tendrá que protegerla de eso.

Un mal modelo a seguir

Las peleas sucias presentan a los niños un mal modelo a seguir.

Los niños viven lo que aprenden y ellos mismos se convertirán en malos luchadores después de vivir en un hogar donde esto fue lo que vieron.


Los niños quieren ver a sus padres como seres humanos adultos, omniscientes y tranquilos, no como personas histéricas y fuera de control. Eso sirve para confundir al niño que necesita que los adultos actúen como adultos.

Efecto en los académicos y la salud

Debido a que la vida hogareña del niño está llena de inestabilidad y violencia verbal o emocional (o peor), el niño reserva una parte de su cerebro para concentrarse en tratar de mantener cierto equilibrio y paz en el hogar.

Puede convertirse en el pacificador entre los padres. Este no es su papel y le quita aquello en lo que debería concentrarse en la escuela y por su propio bienestar. La consecuencia es un estudiante distraído, incapaz de concentrarse, quizás con dificultades de aprendizaje. En cuanto a la salud, los niños cuyos hogares están llenos de peleas están enfermos con más frecuencia, con problemas estomacales y del sistema inmunológico.

Problemas mentales y de comportamiento.

Los niños no tienen estrategias de afrontamiento maduras y no pueden "simplemente ignorar" el hecho de que sus padres están peleando.

Entonces, su estrés se manifiesta de manera mental y conductual. Pueden imitar lo que ven en casa, provocando peleas en la escuela. O pueden volverse retraídos y no participativos en el aula.

Los niños que están expuestos repetidamente a las peleas de los padres son más propensos a convertirse en consumidores de sustancias cuando sean mayores.

Exploremos algunas formas mejores para que los padres expresen su desacuerdo. Aquí hay algunas técnicas que mostrarán buenos modelos a sus hijos sobre cómo manejar los conflictos de manera productiva.

Trate de tener la discusión cuando los niños no estén presentes.

Esto podría ser cuando están en la guardería o la escuela o pasan la noche en casa de los abuelos o con amigos. Si esto no es posible, espere hasta que los niños se duerman para entrar en desacuerdo.

Si su hijo es testigo de sus peleas, debería verlo maquillarse.

Esto les muestra que es posible resolver y comenzar de nuevo y que se aman, incluso si luchan.

Sobre todo, aprende a luchar de forma productiva.

Si los niños son testigos de sus disputas con los padres, déjeles ver cómo resolver el problema.

Modele técnicas de "buena lucha"

Empatía

Escuche el punto de su cónyuge y reconozca que comprende de dónde viene.

Asume las mejores intenciones

Suponga que su pareja se preocupa por sus mejores intereses y está utilizando este argumento para mejorar la situación.

Ambos están en el mismo equipo

Al pelear, tenga en cuenta que usted y su cónyuge no son adversarios.

Ambos quieren trabajar hacia una resolución. Estás del mismo lado. Deje que sus hijos vean esto, para que no sientan que tienen que elegir un bando. Declaras el problema e invitas a tu cónyuge a opinar con sus ideas para resolver el problema.

Evite traer viejos rencores

Evita las críticas. Habla desde un lugar de bondad. Mantenga el compromiso como meta. Recuerde, está modelando un comportamiento que quiere que sus hijos imiten.