Buenos consejos matrimoniales que nunca envejecen

Autor: Randy Alexander
Fecha De Creación: 23 Abril 2021
Fecha De Actualización: 1 Mes De Julio 2024
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La era de hoy es bastante diferente a la de nuestros abuelos. Vivimos en películas de ciencia ficción (o novelas, mejor dicho) de esa época. Muchas de nuestras experiencias diarias no se parecen en nada a nada que nuestros abuelos pudieran haber imaginado. Los avances tecnológicos hacen que nuestras relaciones también sean diferentes. El tipo de relaciones que son normales hoy en día hubieran sido impensables. Incluso el matrimonio tradicional a veces apenas se parece a lo que solía ser una norma en ese entonces. Sin embargo, hay algunos consejos que les dieron a sus abuelos que simplemente no pueden envejecer.

La división del trabajo y las finanzas

En la época en que nuestros abuelos (y sobre todo sus padres) eran pequeños, lo más habitual era que un hombre trabajara y una mujer se ocupara del hogar y de los niños. O, si una mujer estaba trabajando, los trabajos eran tales que ni siquiera podrían acercarse a lo que ganaba un hombre. La división del trabajo y las finanzas estaba clara.


Ante la sola mención de un arreglo similar a una pareja moderna (especialmente mujeres, por supuesto), el instinto de la mayoría de las personas grita NO. No obstante, este consejo puede adaptarse a nuestra época, ya que se basa en un principio de igualdad, aunque no lo parezca. ¿Cómo? Promueve que ambos cónyuges compartan sus derechos y obligaciones para que ninguno se vea sobrecargado. Y esto es bueno.

So, en su matrimonio moderno, no se quede atascado en las tareas de "mujeres" y "hombres", por supuesto. Pero considere quién obtiene más tiempo libre y energía, y divida sus responsabilidades de manera justa de acuerdo con eso.

Además, si uno está aportando más dinero al hogar, es justo que el otro encuentre formas de contribuir equitativamente mediante cupones o haciendo comidas caseras saludables, por ejemplo.

Escoge tus batallas

En los viejos tiempos, este consejo implicaba principalmente que las mujeres tuvieran tacto y, algunos podrían argumentar, que fueran demasiado sumisas. En la práctica, elegir las batallas significaba que una esposa no iniciara ninguna discusión que no fuera especialmente importante para ella o que no pudiera ganarla (con gracia, por supuesto). Esto no es lo que significa el consejo hoy en día.


No obstante, aún debes elegir tus batallas en el matrimonio. Los cerebros humanos funcionan de tal manera que dirigen nuestro enfoque hacia lo negativo. Cuando vivimos con otra persona, habrá muchos negativos (generalmente pequeños) a diario. Si decidimos permitir que nuestras mentes se concentren en ellos, nos perderemos la mitad de nuestro matrimonio.

Entonces, la próxima vez que se sorprenda rumiando sobre todas las cosas que su esposo o esposa no hizo o no hizo bien, intente evitar que su mente convierta su relación en un buscador de debilidades para su cónyuge. Recuerda por qué te casaste con esa persona.

O, si necesita un ejercicio de pensamiento más drástico, imagine que se han ido para siempre o tienen una enfermedad terminal. No te importaría si se desmoronaran por todos lados cuando comen sus tostadas. Por lo tanto, viva su día a día con esa mentalidad para hacer que su matrimonio sea verdaderamente significativo.


Pequeñas cosas que cuentan

De la misma manera, en la que nos olvidamos de ver los lados positivos de nuestros compañeros de vida, tendemos a ignorar la importancia de las pequeñas cosas en el matrimonio. Pequeños actos de bondad y gestos que demuestran cuánto nos preocupamos por ellos. Las personas casadas tienden a perderse en muchas obligaciones, carreras, inseguridades financieras. Damos por sentado a nuestros cónyuges.

No obstante, nuestras relaciones se ven afectadas si las tratamos como muebles. Son más como plantas preciosas que necesitan cuidados constantes.

En los viejos tiempos, los maridos se aseguraban de llevar flores a sus esposas y comprarles regalos de vez en cuando. Y las esposas preparaban las comidas favoritas de sus maridos u organizaban sus fiestas de cumpleaños. Todavía puede hacer eso, así como muchos otros pequeños gestos para mostrar su agradecimiento todos los días.

Sea modesto y justo

Ser modesto suena como un insulto para muchos hombres modernos y especialmente para las mujeres. Suena represivo y evoca la imagen de un cónyuge sumiso, defensivo y maltratado. No caiga en este error e ignore los valiosos consejos debido a este concepto erróneo.

Ser modesto no equivale a ser abusado.

En el matrimonio, tanto hombres como mujeres deben tratar de regirse por unos pocos principios eternos. Estos son veracidad, corrección moral y bondad. Y si eres fiel a ti mismo y a tu cónyuge todo el tiempo y practicas la gentileza en todo lo que haces, inevitablemente te volverás humilde y sin pretensiones. Y esto es una virtud, no una desventaja.