Plan para terminar el ciclo de discusiones con su cónyuge

Autor: Peter Berry
Fecha De Creación: 13 Mes De Julio 2021
Fecha De Actualización: 1 Mes De Julio 2024
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Muchas parejas llegan a la terapia listas para discutir frente al terapeuta. Cada uno está herido y espera que alguien valide sus puntos de vista y su dedo invisible, que en la mente de cada uno, apunta a la otra persona. El terapeuta, paradójicamente, no puede hacer avanzar la terapia tomando partido.

Para beneficiarse de cualquier tipo de terapia, los clientes necesitan sentirse escuchados y comprendidos. En la terapia de relación, el terapeuta debe hacer una alianza con ambos clientes, ayudando a ambos a sentirse validados, comprendidos y aceptados. Esta puede ser una tarea casi imposible cuando las personas están en posición de culparse unas a otras y sentirse a la defensiva. Cuando el terapeuta responde con empatía a un compañero, el otro se siente menospreciado. Continúan las discusiones. Algunos terapeutas pedirán a los clientes que no se hablen entre sí al principio, sino que se dirijan solo al terapeuta o que los individuos entren uno a la vez para hablar libremente. Incluso en estas circunstancias controladas, las personas pueden resultar heridas y sentirse invalidadas. Hay una alta tasa de abandono en la terapia de pareja. A veces, la gente entra con un gesto de última esperanza, pero ya tiene un pie fuera de la puerta. O pueden continuar durante varias sesiones culpándose unos a otros y sintiéndose un poco validados, pero en general desesperados.


Entonces, ¿cómo podemos romper el ciclo de las discusiones y hacer un mejor uso del tiempo y el dinero de la terapia de pareja?

¿Qué quiere conseguir la pareja en la terapia? ¿Hay deseos y necesidades comunes? Ese es un buen comienzo, pero a veces las cosas están tan acaloradas que ninguna comunicación será efectiva debido a un ciclo de discusión establecido que se ha afianzado. Greenberg y Johnson (1988) identificaron algo que llamaron un "Ciclo de interacción negativa"

1. Romper el círculo vicioso de interacciones negativas

Es una especie de secuencia repetitiva de reaccionar a las emociones superficiales y defensivas de los demás. Hablaron sobre la dificultad de llegar a sentimientos centrales más profundos, de ser más vulnerables, de reparar el vínculo respondiendo unos a otros con empatía nuevamente. Este es el último desafío en la terapia de pareja, lograr que las personas se sientan lo suficientemente seguras como para abandonar las defensas, detener las discusiones y escuchar con franqueza cuando están heridos o enojados.


En “Hold Me Tight” (2008), Sue Johnson elaboró ​​estos ciclos repetitivos y defensivos hablando de cómo la gente comienza a esperarlo y reacciona cada vez más rápido a las señales de que el ciclo de la discusión está comenzando sin siquiera darse cuenta. Ella usó la metáfora de un baile y señaló que las personas leen las señales corporales de que se inició y se ponen a la defensiva antes de darse cuenta, luego el otro participa con su propia actitud defensiva y continúan enfrentándose mutuamente. Enfatizó la importancia de recuperar la capacidad de estar abierto y sintonizado permaneciendo en el presente, identificando el ciclo repetitivo como el enemigo en lugar de entre sí, y trabajando juntos para difundir y redirigir cuando comienza.

2. Salir del contenido frente al proceso

Esto es algo que los terapeutas hacen sin darse cuenta, pero los clientes a menudo tienen dificultades. Significa mirar la acción y las consecuencias de lo que está sucediendo en el aquí y ahora, en lugar de debatir sobre hechos, emociones y perspectivas en la historia que se cuenta. Tiene una vista de pájaro. Para usar una metáfora del teatro, imagínese si uno solo prestara atención a lo que estaba sucediendo en el diálogo en el guión e ignorara el impacto de las acciones en la escena. Habría una comprensión muy limitada de la obra.


3. Preste atención a lo que está sucediendo y cómo se siente aquí y ahora.

En lugar de reaccionar, reprocesar y revivir viejos patrones, necesitamos poder escuchar a los principiantes.

Ésta es la única forma de hacer espacio para responder de nuevas formas, de formas curativas. Si podemos ser conscientes de lo que está sucediendo y responder de manera diferente que nunca, con menos emoción personal, hay espacio para expresar empatía por la otra persona y reconstruir la conexión. Esto es mucho más fácil si ambas personas entienden lo que está sucediendo y si un guía amable pero directo, como un terapeuta centrado en las emociones o basado en la atención plena, puede educar a los clientes sobre este proceso.

El terapeuta debe ayudar a crear y mantener un espacio seguro para que ambos aprendan nuevas formas de relacionarse sin dejar de sentirse validado por haberse sentido herido. Si una pareja puede aprender a dejar de lado las discusiones y responder de maneras nuevas y empáticas entre sí, la terapia puede tener éxito. No se procesará todo el contenido, no se revisará todo el pasado, pero las nuevas formas empáticas de comunicación le permiten a la pareja las herramientas que necesitan para resolver problemas de manera respetuosa, segura y enriquecedora en el futuro y más allá de la terapia.